La estimulación del lenguaje puede integrarse de forma natural en el día a día del niño, especialmente a través del juego y las rutinas cotidianas. A continuación, te ofrecemos algunas pautas clave para favorecer el desarrollo del lenguaje oral en casa:

Momentos y entorno
- Aprovecha pequeños ratos para jugar cuando el niño esté descansado. No es necesario establecer un tiempo fijo (pueden ser 10, 20 o 30 minutos).
- Si el tiempo es limitado, puedes estimular el lenguaje durante actividades diarias como la comida, el baño, la compra o un paseo por el parque.
- Escoge un ambiente tranquilo y sin distracciones para facilitar la atención conjunta.
- Presta atención plena al niño, sin preocuparte por otras tareas en ese momento.
Actitudes y estrategias comunicativas
- Adáptate a su juego y a sus intereses.
- Colócate frente al niño y a su altura, de modo que pueda ver bien tu cara y tus gestos.
- Utiliza una entonación marcada y exagera ligeramente la pronunciación de las palabras durante el juego.
- Acompaña tu habla con gestos que faciliten la comprensión.
- Habla despacio y con frases sencillas, adecuadas a su edad.
- Repite varias veces los nombres de objetos y acciones habituales en su entorno.
- Llama a las cosas por su nombre correcto, evitando diminutivos o apodos (por ejemplo, decir «biberón» en lugar de «bibi», o «perro» en lugar de «guau-guau»).
Corrección natural y refuerzo positivo
- No corrijas de forma directa si se equivoca. En lugar de señalar el error, ofrécele el modelo correcto.
Ejemplo: si dice “quiero jugar con la mapiposa”, puedes responder: “Sí, quieres jugar con la mariposa”. - Practica una escucha activa: muestra interés y atención por todo lo que el niño quiera comunicar, ya sea con palabras, gestos o sonidos.
- No interrumpas ni completes sus frases; dale tiempo para expresarse a su ritmo.
- Refuerza positivamente todos sus intentos de comunicación, valorando el esfuerzo más allá del resultado.
Y lo más importante…
Disfruta de ese tiempo juntos. El vínculo afectivo y la conexión emocional son fundamentales para que el aprendizaje del lenguaje se dé de forma natural, placentera y efectiva.
